Según el especialista, ingerir una cantidad moderada de cerveza, por su contenido en carbohidratos (en especial maltodextrinas), minerales y vitaminas, puede mantener niveles más altos de glucosa plasmática y atenuar las respuestas hormonales de estrés, además de reducir directa e indirectamente las perturbaciones en el sistema inmune. ¿Que tal?
La investigación también ha concluido que “el consumo moderado de cerveza tras realizar un esfuerzo físico en condiciones de elevada temperatura ambiental y abundante transpiración, permite recuperar las pérdidas hídricas en la misma medida que el agua”.
¿Que tal, un pretexto más por echar una bien fría?